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Es necesario cortar el pelo a las ovejas una o dos veces al año, lo que genera grandes cantidades de lana. El uso de fibras sintéticas en la moda y las características de la lana de oveja latxa, así como la dispersión de las explotaciones, hacen que «nadie» quiera recibirlas. En la actualidad, la lana cruda de las explotaciones de ovejas latxa es un residuo de difícil gestión que sólo genera gastos.

Para hacer frente a este problema de la lana y teniendo en cuenta las especiales características de la lana de oveja latxa, se ha creado el proyecto Artilatxa, con el fin de lograr la estabilidad en la comercialización de la lana recogida anualmente y dar valor añadido al trabajo realizado en las explotaciones de oveja latxa.

Para el desarrollo del proyecto de innovación Artilatxa se ha creado el Grupo Operativo, liderado por la asociación Latxa Esnea, en el que colaboran Landaola, Arabalanda y Bizkaimendi -federaciones de Asociaciones de Desarrollo Rural de los tres territorios de Euskadi-, Ekolber y Neiker.