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Cuando Gema Agirre, productora de Otzein Baserria (Abadiño), era pequeña, acompañaba a su madre a vender a la plaza del mercado de Durango. Ocurría todos los martes, jueves y sábados: los productores de la zona tendían sacos en el suelo, colocaban allí su producto y lo vendían a la clientela ávida de llevar lo más fresco a casa.

Era la década del 1970. Los tiempos han cambiado. Los mercados no son lo que eran, es evidente, ni tampoco tienen por qué serlo. Las generaciones de clientes que les daban vida antaño han ido desapareciendo y el relevo es escaso. Los consumidores jóvenes hemos crecido desconectados de lo que comemos. Los mercados lo notan, se resienten. No es nuestra culpa, es de todos y no es de nadie.

Los mercados son espacios que propician la economía y el desarrollo local y rural, la sostenibilidad, la salud pública y la cultura gastronómica. Si bien en esta newsletter no podemos ahondar en todos estos aspectos –para eso harían falta cientos de páginas– nuestro objetivo es acercar los puntos de vista de los productores y hacer un pequeño llamado a nuestra reflexión como consumidores. No está todo perdido: aún podemos devolverle la vida a las plazas.

¿Por qué debemos mantener vivos los mercados?

“Los mercados son importantes para los productores, sobre todo para los pequeños, porque nos permiten sacar nuestros productos directamente al consumidor”, explica Urdaspal Alberdi, productor de Patxikobaso Baserria (Iurreta). Es ahí, precisamente, en la relación directa entre el productor y el consumidor, donde está la base de casi todo lo demás. Uno de los aspectos principales, y quizás, más obvio es el económico. “En el mercado, al no tener intermediarios, obtenemos un mejor precio por nuestro producto”, añade Urdaspal. La relación económica que se establece entre productor y consumidor es indudablemente más justa y sostenible, y apoya el desarrollo del entorno local y rural.

Existen también otros factores que son interesantes y por los que hay que apostar. Uno de los que destaca Fernando Lejarza Eguren, productor de Pulla Baserria (Elorrio), es la posibilidad que tienen los consumidores de comprar un producto fresco y del día. El mercado es el verdadero “del huerto a tu casa” y eso repercute indiscutiblemente en el sabor de los alimentos, su aprovechamiento y durabilidad.

Al sabor de los alimentos, entre otras tantas cosas, influye también la temporalidad de los mismos. Antaño era impensable comer un melón en invierno o una col en verano, pero hoy en día, debido a la creciente globalización, contamos con una amplia variedad de productos todo el año. Y hemos cometido un gran error al respecto: asumirlo como algo normal. “Creemos que nuestra manera de producir y el contacto entre productores y consumidores es un paréntesis dentro del modelo frenético que vivimos hoy en día”, comenta Illart Bazeta Agirre, también productor de Otzein Baserria (Abadiño). “Nosotros rompemos con ese ritmo produciendo al de las plantas y dentro de lo que se pueda producir cada temporada. Por ejemplo, en Euskal Herria no hay tomates en invierno, no se pueden cultivar, y tenemos que hacerle ver al pueblo que eso es así”, añade.

El mercado también es cultura. Tal y como nos cuenta Jon Bastante, productor de Ibarra Baserria (Amorebieta), “es una forma de ampliar nuestra cultura como pueblo, preservando ciertos productos como el pimiento de Gernika, la cebolla de Zalla o los grelos. También para traer productos nuevos (coles asiáticas, acelgas de colores, distintas variedades de lechuga, mezclums…), algo que ayuda a desarrollar la cultura gastronómica de un pueblo”.

Si los mercados son todo esto y más, tenemos varias preguntas que hacernos. ¿Qué podemos hacer como consumidores para mantenerlos vivos? ¿Tenemos que cambiar nuestra forma de consumir? ¿Qué podemos exigirle a las instituciones?  ¿Qué necesitan los productores?  ¿Tienen que adaptarse los mercados a los nuevos tiempos? ¿Cómo pueden hacerlo? Abierto queda el debate.

MERCADOS DEL DURANGUESADO – HORARIOS Y LUGAR

Matiena: miércoles de 9:00 a 13:00 en la calle Perulanda.

Durango: Plaza del Mercado, sábados de 09:00 a 13:00 en calle Azoka y Mercado de Abastos entre semana de 08:30 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 y sábados de 08:00 a 14:00.

Elorrio: viernes de 08:00 a 13:00 en Parking Elorrio.

Amorebieta-Etxano: domingos de 08:00 a 11:30 en el parking Ixer.

Iurreta: primer y tercer jueves de cada mes de 09:00 a 13:00 en plaza Padre San Miguel.

Texto y fotos: Maore Ruiz y Julia Laich